8.9.08

Se me olvidaba...

En mi repaso de la agenda para el próximo curso, del anterior post, olvidé un tema que siempre sale, reaparece y vuelve a salir. Se trata del cansino tema del nacionalismo vasco, de su raca raca, de sus expectativas, anhelos y sueños inventados. Está próximo el desenlace del último episodio grotescamente rodado por los políticos más orgullosos de si mismos. ¿Qué pasará con la “consulta” de Ibarretxe? Este engendro de pseudoreferendum vomitado por el mas rancio sector del nacionalismo vasco, y profetizado por el gurú-lehendakari, alejado de toda realidad social, que ya cuenta con el mas claro desprecio de la Unión Europea, promete darnos tardes gloriosas y páginas de periódicos con el mismo cuento de siempre. Y mientras, los que abanderan estas causas para justificar los asesinatos y la violencia, siguen pensando que necesitan luchar para llegar a la liberación de su pueblo. Parece broma, pero es verdad. No quiero mezclar unas cosas con otras, estaría bueno, y mucho menos confundir a quien si rechaza la violencia y a quien no. Pero cuando esta “consulta” se produce, en Euskadi y en España se sigue matando no se sabe muy bien porqué. Se intenta tapar esta consulta como el camino hacia la paz, hacia el entendimiento si condenar realmente la violencia. Como diría Ghandi, la paz no es el objetivo…la paz es el camino. Son muchas las palabras que pueden salirme para describir toda esta absurda situación que dura ya demasiadas décadas, pero remitiré este artículo a una de las entradillas que hace Iñaki Gabilondo en su informativo. Esta corresponde a un día después de un atentado de ETA en un cuartel de la Guardia Civil en Euskadi. Creo que es difícil describir mejor una situación tan ridícula como esta.
"Es necesario indignarse una vez más, aunque estemos ya cansados de indignarnos. Y es necesario precisar una vez más la naturaleza de esa indignación, aunque las palabras estén gastadas y parezcan vacías. Indignarse contra ETA, naturalmente, pero hacerlo al mismo tiempo con las decenas de miles de vascos que les apoyan. Curioso grupo humano éste. Vive en el corazón de la Europa próspera, amparado por las normas legales más avanzadas que el hombre haya inventado; pertenece a una comunidad con instituciones y símbolos propios y con un régimen económico exclusivo; cuenta con una excelente red de servicios sociales y opera en la vanguardia industrial y tecnológica; dispone de sus propios medios de comunicación y educa a sus hijos en su lengua vernácula... Quiere más, por supuesto, tiene derecho a querer más. Lo que le convierte en grupo humano extravagante, anacrónico y ridículo. No es que quiera más, sino que haya llegado a creerse una víctima y que se comporte, hable, clame como representante de un país perseguido. Sus cachorros más jóvenes incluso visten como ven que visten en las tierras desesperadas por la injusticia, hacen el gamberro, se sueñan en la Intifada y deliran que están en Gaza. Así se dan importancia y luego se van de vinos y, después… ¡a cenar! ¡Qué manera de ofender a los pueblos oprimidos de verdad! Y pensar que esta monumental pedantería les lleva a asesinar… Es tan grotesco que crean estar viviendo una situación política límite, de vida o muerte. Lo urgente en Euskadi no es el derecho a decidir, es decidir que esta vergüenza debe terminar. Para concluir, dos notas. Hoy, por fin, el Parlamento ha estado unido, todos juntos, también el PP. Lo malo es que no sabemos si en el PP están todos juntos. Segunda nota: ¿cómo es posible que María San Gil, símbolo de la lucha antiterrorista, haya convocado a los periodistas en un día como hoy para hablar de sus problemas en el partido? ¿Se imaginan que hubiera dicho si la convoca otro? Patxi López, por ejemplo, u Odón Elorza. ¿Le ha parecido bien a Mayor Oreja?."
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