2.11.07

Sentencia por el 11-M

Esta semana se ha conocido la sentencia del juicio del 11-M, del atentado más bestia que ha acontecido en nuestro país. Queda claro, un ataque islamista. Parece una obviedad, pero una vez más es necesario decir obviedades porque hay un sector que se empeña en sembrar la duda una vez tras otra. En la sentencia, el Juez Bermúdez deja explica de un modo muy didáctico que todas las “pruebas” que alimentaban la teoría de la conspiración se caían por si solas. Durante el juicio ya le vimos duro con todo aquel que intentase sembrar algún tipo de confusión, y en la sentencia deja claro que todas esas pruebas y teorías se desvanecían.

Han sido condenados lo autores del atentado. Se ha depurado la responsabilidad de la masacre. Todo esto podía hacernos pensar que quienes durante casi cuatro años han estado sembrando dudas y confusión en las “ondas divinas” y en algún periódico “mundano”, intentasen rectificar. Pues no. A mi realmente no me sorprende esta actitud, porque gran parte de su credibilidad iba ligada a esta sentencia, por tanto es necesario seguir especulando con la autoría “intelectual” del atentado.

Ayer en el programa “59 segundos” de TVE, Miguel Ángel Rodríguez, antiguo miembro del gobierno Aznar aseguraba, sin ningún rubor, que “todavía no se sabe quien son los terroristas que cambiaron el gobierno el 14 de marzo de 2004”. Es la muestra fehaciente de que existe un sector de la derecha extrema que sigue cuestionando ese resultado electoral. Consideran una anomalía que ese día no ganase el PP, y que sea como sea, las cosas deben volver donde estaban. Peones negros, periodistas de la cadena de los obispos, el periódico “El Mundo” y toda la corte de la desfachatez no cejarán en el empeño, y seguirán vendiendo desconcierto, por lo menos, hasta después de las elecciones generales de 2008.

Personalmente considero que esta sentencia demuestra que todo este ruido ha sido una burla al gran público, y la punta de lanza de una estrategia que intentaba desestabilizar el país y poner en tela de juicio la legitimidad del gobierno socialista.


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