6.4.07

Santa Semana Santa

Siempre que la lluvia desluce, o condiciona, la Semana Santa, con todo lo que esta conlleva, me sorprende mucho ver a la gente que siente esto muy profundamente como llora porque un ‘paso’ no puede salir.

Como todo acontecimiento que es capaz de aglutinar y reclutar a tanta gente alrededor de él, merece un poco de mi admiración. Al igual que me parece que es “mágico” que el fútbol congregue en España, todos los domingos a más de un millón de personas en los estadios, la Semana Santa tiene su punto de acontecimiento especial debido a la cantidad de gente que mueve y que trabaja por estos días.

Esta devoción queda bastante lejos de mi escasísima religiosidad, pero durante este último tiempo, he descubierto un conglomerado de intereses muy heterogéneos en torno a esta fiesta. Cada uno la siente a su manera, mirando por sus intereses, mirando por su fe, mirando por su reconocimiento social, por su descanso, o por sus inquietudes artísticas.

Desde el empresario hostelero que ve en la Semana Santa de su ciudad la oportunidad de ‘hacer pleno’, hasta el niño que por tradición familiar, por fe, o por mera diversión se enfunda un traje de nazareno para desfilar por las calles de su ciudad.

Pero también miro con un poco de estupor las escenas de fe que sobrepasan por los pelos lo humano. Existen pueblos de la geografía española donde los penitentes se pasean descalzos flagelándose ante la mirada de todos, o también zonas del mundo donde una persona es crucificada de un modo real. Mi total respeto a todas las maneras de sentir esto como se quiera, pero quizá esto tenga su reflejo mas fiel en la famosa fiesta de la usura de los chiies, fiesta que a menudo es calificada en occidente como fanatismo religioso.

Pero entre tanto, disfrutar de estos días de vacaciones, con procesiones o sin ellas, viene siendo lo que en su mayoría hacemos. Que siga así.

1 comentario:

Terry Gilliam dijo...
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