Barack Obama

No se si era uno de los sueños de Martin Luther King, pero se ve un poco mas cerca, o por lo más factible, que un negro llegue a Presidente de los Estados Unidos. Este tipo me cae bien, me parece que tiene un discurso valiente, extraño para lo que estamos acostumbrados a oír en Norteamérica. Su tratamiento del terrorismo, alejándolo de la utilización mezquina que en los últimos años ha llevado a cabo la administración Bush, me parece altamente acertado y que casa más con el sentimiento mas europeo del asunto. Ha dejado claro que el 11-S no puede ser un instrumento que sirva para tener atemorizada a la sociedad, si no que ha de ser un motivo de unión con el resto del mundo para afrontar una amenaza común. Muy acertado, alejado del fundamentalismo de los neocons que actualmente ocupan la Casa Blanca.

El caso es que este chico negro tiene un aire de frescura que ha sido capaz de encantar a mucha gente en EEUU, que ha conseguido ganar las primarias en un estado tan ultraconservador con Iowa, y que pese a su juventud, es hoy por hoy el mas claro candidato a hacerse con la presidencia.

Todos los aspirantes demócratas llevan una palabra en su discurso, incluso el propio Obama lo lleva como lema: CAMBIO. Y es que los sectores mas a la izquierda están hartos de esta imagen. En una sociedad completamente polarizada como es la norteamericana ahora mismo, la imagen que el actual presidente ha dado al mundo ha dolido a muchos compatriotas suyos. Por eso esta nueva remesa de presidenciables quieren romper con ese pasado cercano, renunciado a la barbarie de la guerra de Irak, a la vergüenza de Guantánamo, y a tantas salidas de tono y brabuconadas de los halcones de Bush.

También quiero destacar otras propuestas mas sociales, que en Europa nos resultan extrañas por superadas, como son una sanidad para todos, una educación pública de calidad, y mas protección social para los desfavorecidos. Para uno de izquierdas como yo, oír eso de un candidato a la presidencia de Estados Unidos, es reconciliarse un poco con un país que tiene mucho de bueno.

Todavía le quedan muchos meses y una larga carrera hasta llegar a noviembre y medirse con el candidato republicano, pero Barack Obama ha conseguido dar un respiro y soplo de aire fresco a la política estadounidense, y ahora mismo es posiblemente el candidato mas fuerte, con el apoyo de la comunidad afroamericana, de muchos demócratas y de la influyente Oprah Winfrey, que no es poco.

Entrada de la iglesia en la precampaña

La campaña electoral ha empezado para los obispos y los sectores más conservadores de la iglesia. Siempre esconden sus mensajes políticos tras un velo de reivindicación de fe, y esta vez no ha sido menos.

Hace unos días una manifestación recorría el centro de Madrid con la excusa de la defensa de la familia. Una familia, que según los obispos y la derecha de este país, ha visto reducidos sus derechos. ¿Cuáles? No he oído todavía una respuesta a esa pregunta. Lo cierto es que no se a quien conseguirán engañar ya con esa actitud, quizá su próximo paso sea pedir abiertamente el voto para el PP.

Por supuesto, cada uno puede ser lo que quiera, católicos, no católicos, o profesar cualquier otra religión. Pero intentar imponer una determinada fe a las leyes que nos rigen a todos, es poco menos que un imperioso afán de hacer que todos vivamos como a la Iglesia Católica le gustaría que viviésemos.

Hoy día los homosexuales pueden formar una familia, que vienen a formar parte de las familias que hasta ahora se han considerado convencionales. Hoy día la religión ha dejado de ser una asignatura evaluable en las escuelas. Se sigue impartiendo de un modo completamente voluntario, pero lo que debe ser una educación privada, deja de ayudar a algunos alumnos a engordar su expediente.

Son innumerables los síntomas de progreso de una sociedad moderna, del siglo XXI, que la iglesia ha visto como ataques frontales a su hegemonía ganada durante los siglos. El no tener la supremacía moral sobre los ciudadanos hace que su jerarquía vea peligrar el poder que anhelan y que la democracia les ha arrebatado.

Es por eso que la actitud de la iglesia, quien entra en campaña abiertamente y sin remilgos, dispara inexorablemente sobre la línea de flotación de su propia credibilidad. Deben acostumbrarse a que esta es una sociedad laica, libre y moderna.