Josu Jon

Siempre mantuve que la presencia de Imaz al frente del EBB podía ser muy beneficiosa para el entendimiento. Un tipo que no renuncia a sus ideales, faltaría más, pero si que los combina con una gran dosis de pragmatismo y sentido común. El continuo tira y afloja dentro del PNV ha desgastado a Josu Jon, y él ha admitido que con esa situación no podía cumplir debidamente con su obligación. Chapó. Es importante admitir cuando uno no tiene el apoyo de la gente y debe marcharse, o al menos apartarse temporalmente.
Sin duda, una vez pasadas unas semanas después de que Imaz anunciase que deja la política, sigo pensando que este país pierde a un gran político.

He encontrado una carta abierta de José Martí Gómez a Josu Jon Imaz, que describe un lamento ante la marcha del todavía presidente del PNV.





Carta abierta al todavía presidente del PNV, Josu Jon Imaz

JOSE MARTÍ GÓMEZ 15-09-2007

Era un día del mes de septiembre de hace justamente nueve años. La fundación Sabino Arana había convocado en Bilbao una jornada para que un grupo de expertos debatiese el futuro de la seguridad. Usted hablaba con frases cortas, como talladas a golpe de martillo. Abrió su ponencia de forma espectacular. Dijo: "Los blanqueadores de dinero, traficantes de droga o participantes en redes de pederastia pertenecen al sector más europeísta de la sociedad. Hace tiempos que apuestan por la libre circulación. Se adhieren a la deslegitimación del Estado-nación como estructura política". Vaya, me dije. Un tipo con un discurso que se sale de lo trillado. ¿Quién es este?, le pregunté a Margarita Robles. Me dijo su nombre.

Desde entonces, tras cada delito perpetrado en España por delincuentes transnacionales recuerdo sus palabras en tiempos en los que era eurodiputado. Luego, como presidente del PNV he seguido lo que decía y nunca me ha dejado indiferente. He tratado de saber algo de su vida. Se que procede de la Euskadi profunda, el país al que las viejas generaciones educaron en la cultura de la entrega, la eficacia, la austeridad, la honestidad. Una ideología clerical en un mundo a caballo entre el agro y la pequeña industria, más jansenistas que puritanos, o a la inversa, viejo debate en el que llevan años enzarzados el sociólogo Ander Gurruchaga y Txema Montero. Cultura jesuítica, cabría decir también.

Visto usted de cerca, destaca porque estruja la mano hasta hacerte daño y cuando te abraza tienes la sensación de que te crujen los omoplatos. Debe ser cosa propia de químicos, porque Solana también tiende a estrecharte la mano y abrazarte, aunque con menos intensidad. Más al estilo madrileño del a ver cuando nos vemos y tomamos una copa. Usted también destaca porque es europeísta, ha recorrido mundo, habla idiomas, cultiva la desprestigiada cultura de las formas y es un hombre con un discurso moderno que asume la complejidad del mundo actual.

Usted me dirá que no, pero creo que con ese bagaje personal ha tenido que sufrir bastante los cuatro años que ha ocupado el cargo. Dicho sin rodeos: creo que a usted hay un sector del partido que le ha hecho la vida imposible. Decir lo que se piensa sin tener en cuenta que hay cosas que no se deben decir aunque se piensen es peligroso es el mundo actual, en el que está mal visto el pensamiento crítico. Asumir la derrota tiene grandeza. Hay una ética de la derrota. La que me ha parecido reconocer de forma velada en su escrito de adiós y ahí creo radica su grandeza como personaje político.

Déjeme acabar esta carta abierta con un poco de humor. He preguntado a una persona que les conoce bien a los dos que diferencia como vascos a usted de Ibarretxe. Me ha dicho: "Los cogemos a los dos y los dejamos en la esquina de una calle de Helsinki. Imaz desaparecerá rápidamente, perdido entre la gente, como un finlandés más. A Ibarretxe lo seguiremos viendo en la esquina de la calle, parando a los transeúntes para explicarles que él es vasco y lo que ser vasco representa.

Un abrazo cordial y suerte en lo personal.